5.6.12

Campeonato de España de la ANPEJ en Logroño

WLAC-Yudo se vuelve con 9 Campeones de España de YU-DO y con la copa de tercer equipo clasificado

Wladi recibe la copa de manos del concejal de Deportes de Fuenmayor

Nuestra última aventura comenzó el viernes después de comer. En concreto, los profesores Wladi y Cristina salieron de casa a las 15.15 para llegar a la Alameda de Osuna a las 15.45 donde habían quedado citados con Nicolás Gómez. El fenomenal yudoca del CEIP Ciudad de Guadalajara participaría en el Campeonato de España de YU-Do de la ANPEJ con muchos otros compañeros del club.

El tráfico era lento y millares de vehículos bloqueaban las carreteras. Costó casi una hora llegar a Parla donde teníamos establecida la concentración para reunir al grupo que viajaría en el autocar en dirección a tierras del norte.


Con bastante puntualidad partimos, en dirección, de nuevo, hacia la M-50 para volver a rodear Madrid por el este. Casi dos horas y media después de haber salido de Torrejón de Ardoz los profesores Cristina y Wladi veían la A-2 por la que habían iniciado esta aventura.

El viaje fue placentero hasta la primera parada en el área de servicio de Tudanca, que ya muchos conocemos de viajes similares. Al regresar al autocar nos entretuvimos con una simpática película que muchos de los más pequeños ya habían visto. 

Parada en Tudanca a la ida

Sin enterarnos hicimos una segunda parada ya cerca de La Rioja. Llovía un poco pese a lo cual algunos niños montaron en los columpios de la zona en que habíamos detenido nuestra marcha.

La llegada al albergue se produjo dentro de lo que habíamos calculado y fue el primer momento de incertidumbre. Muchos buscaban la mejor ubicación, otros procuraban formar pequeñas sociedades por afinidades. En unos minutos se establecieron varios grupitos que adquirieron dinámica propia. Los cadetes y junior salieron a dar un paseo. Los más pequeños eran atendidos por sus padres, con los que viajaban y se preparaban para dormir.

Algunos pasearon hasta la plaza del pueblecito Bernedo, lleno de encanto y de gentes llanas y hospitalarias. Los profesores coincidieron con el responsable del albergue, Álvaro Sevilla que resultó ser un tipo espléndido y de fluida conversación.

Eran cerca de las dos de la madrugada cuando Wladi hizo una ronda por todo el albergue comprobando que todo el mundo, por fin, había caído rendido.

El autocar descansa por la noche a la puerta del albergue

Empieza la gran jornada

A las seis y media de la mañana, el profesor Wladi se levantó y echó un vistazo por todas las habitaciones comprobando que todo el mundo seguía descansando. De manera que aprovechó para salir a dar un paseo. Todavía quedaba tiempo hasta el momento del desayuno. A la vuelta se cruzó con una de las madres madrugadoras, Rosa Herencias, la de Ariadna, que también estaba dando un paseo para conocer la zona. 

Vista de Bernedo al amanecer

La sorpresa del profesor fue que a su vuelta todo estaba en ebullición pese a ser aún temprano. La razón es que Jaime Alamillo había programado su alarma a las 7.00 horas y despertó a toda la gran habitación en la que dormían 24 personas.

Con el personal aseándose, recogiendo cosas y dándose los buenos días llegó el momento del desayuno… ¡Cola Cao para todos! Cosas de los albergues. Así es que los cafeteros debieron hacer acto de contrición.


Con todo el personal subido en el autocar el profesor Wladi repasó todas las habitaciones para ver si había quedado algo olvidado. Un calcetín blanco y otro negro fue su botín.

Poco más de media hora después el autocar paraba frente al Polideportivo de Fuenmayor, que ya conocemos de otras ediciones anteriores del Trofeo de la Amistad que estaba a punto de comenzar.

Ya en la cancha y tras los saludos de profesores que son más amigos que colegas a estas alturas se comenzó a hacer comprobaciones de participantes. Ahí llegó la primera sorpresa desagradable. Había faltado mucha gente con lo que el trabajo de la organización se había ido al traste. Largas horas de vela preparando las liguillas de cada peso y categoría quedaban baldías. Ese fue el motivo de que se tardara en comenzar el evento, más de lo deseado y, por supuesto, más de previsto.

Raquel arbitrando a yudocas de corta edad

Pese a todo, una vez arrancó el concurso todo fue fluido, sobre todo, gracias a la abnegada labor de los árbitros… de todos. Pero aquí vamos a felicitar a la que nosotros pusimos a disposición del evento: Raquel Escalona, del club SILVER, que de este modo también tuvo representación en el apartado técnico. No fue en el único porque participaron las hermanas Corroto, la más jovencita de las cuales sorprendió a todos colgándose la medalla de oro tras ganar sus cinco encuentros por ipón. Un verdadero diamante en bruto la chiquitina Aileen.

Aileen Corroto

Tampoco lo hicieron mal los más pequeños de nuestra expedición en una forma de concurso que nunca nos va a favorecer dado que en nuestras clases enseñamos otro tipo de yudo y dado, también, a que en los encuentros que organizamos para niños de estas edades, aplicamos otro tipo de reglamentos. A pesar de todo, tenemos que felicitar a nuestro chiqui-yudocas por su entrega y, sobre todo, por la paciencia que tuvieron. Se comportaron como verdaderos yudocas guardando la compostura y mostrando el nivel de disciplina que ya van adquiriendo.

Algunos necesitaron consuelo. Aprender puede ser doloroso

Como se comenzaron a desarrollar los encuentros por las categorías de yudocas más jóvenes, a medida que iba pasando la mañana entraban en liza cada vez yudocas mayores. Así, también fueron viéndose encuentros de mayor calidad. Entre ellos tenemos que destacar los que disputó nuestro benjamín Aharón Santamaría, y nuestros alevines Javier Martínez y Sergio Velarde. A la postre, estos tres mosqueteros se proclamaron campeones, tras una intensa labor y tremenda curra, que diría un castizo.

Sergio Velarde en acción

Tras ellos la actuación de nuestros infantiles y cadetes empezó a impresionar. Álvaro Forcén, Jaime Alamillo y Miguel Serrano también se colgaron el oro en sus respectivas categorías, siendo estos dos últimos los que empezaron a levantar de los asientos a los espectadores con espléndidos ipones en pie. 

Sergio, siempre elegante y más arriba miguel marca ipón

Pero aún estaba por llegar la traca final. Las categorías junior-senior las dominaron los representantes del CDE WLAC-Yudo con mucho yudo y oficio, ante rivales de mucho fuste. En las cuatro categorías en que se concursaba tuvimos dos campeones y tres sub-campeones, nada menos. Y eso que el sorteo cruzó a algunos de nuestros yudocas. Por ejemplo, fue memorable el encuentro que enfrentó al joven Sergio Cortés y al veterano José Luis Molano. Tras dos prórrogas se impuso la juventud de Sergio que a la postre se proclamó campeón del peso al derrotar en la final a oro compañero; a Víctor Manuel Pérez, que también marcó un espléndido ipón en su primer encuentro ante un peligroso rival riojano. 

Víctor estuvo muy competitivo

En la categoría absoluta destacó Sonia Sieiro que despachó su actuación sin contemplaciones para colgarse el oro un año más. También merecen mención especial dos representantes del club. El veterano Daniel Corroto tuvo mucho mérito después de tantos años sin competir en este tipo de eventos y el recién ascendido a cinturón naranja Sergio Serrano que demostró tener, además de condiciones –eso ya lo sabíamos-, coraje para meterse en estos fregados. Ambos se llevaron una plata que supo a un poco más.

Dos veteranos en acción; Daniel de blanco y José Luis de azul

A la postre, el CDE WLAC-Yudo se llevó el trofeo como tercer equipo clasificado, quedando a escasísimos puntos del sub-campeón, el Gimnasio Samurai de La Rioja. Tuvo mucho mérito el logro dado que sólo podían puntuar los treinta participantes que compusieron la expedición, frente a otros equipos con mucho potencial como eran los locales, dado que pudieron desplazar muchos participantes. Con todo y eso fue muy meritorio el que un año más el Judo Club Balda se llevase la copa de campeones, por lo que desde este YUDIARIO queremos hacer pública nuestra felicitación. Y la hacemos extensiva a todos los demás participantes, en especial a los de nuestros amigos del madrileño Kensington School, y también a los de los equipos maños, vascos y catalanes.


En Logroño ‘Amistad’ se escribe con hache de hospitalidad.

El Campeonato de España de YU-Do de la ANPEJ siempre tuvo por nombre el de ‘Trofeo Nacional de la Amistad’. Es al finalizar e concurso cuando se comprueba por qué.

En un visto y no visto se recogen los tatamis donde se ha estado compitiendo duramente. En su lugar se colocan, sin interrupción, mesas sobre las que, como por arte de magia, van apareciendo viandas de tanta calidad como abundancia.

La generosidad con que se ofrece la comida de confraternización es sólo comparable al apetito con que algunos de los jóvenes yudocas se entregan a reponer fuerzas. Sus mayores, además, pueden regar los ricos alimentos con los famosos caldos de la tierra. Todo un espectáculo que debemos recordar para cuando tengamos ocasión de devolver la gentileza y cariño con que se nos trató.

La comida

De hecho vamos a adelantar que ya estamos trabajando en dos posibles sedes para desarrollar el Trofeo de la Amistad del próximo curso. Hablamos de dos localidades, ambas de Guadalajara, aunque cada una de ellas en una punta distinta. Pero dispondríamos de Pabellón e instalaciones. También el entorno sería espléndido en ambos casos. Sólo nos quedaría solventar el problema del tatami y de su traslado.


En último caso podríamos intentarlo en Parla y arriesgarnos, una vez más, a que una semana antes nos digan que todos los pabellones están ocupados para el desarrollo de la maratón de ese deporte nuevo que nadie promociona y que tienen medio abandonado… Creo que se llama balompié o algo así. Pobrecillos. 


Un último apunte en este apartado. La familia gamito volvió a colaborar como tienen por cosutmbre y sumaron sus ricas viandas a las de los organizadores. El famoso bizcocho de Anselmo empieza a cobrar fama también en La Rioja.


Algunas cuestiones

Algunos padres quedaron decepcionados por haberse pegado el palizón del viaje y comprobar que sus pequeños yudocas no conseguían siquiera pasar una ronda. Esto es algo que puede ocurrir en nuestro deporte con demasiada frecuencia. Lo lamentamos. Pero nos gustaría que reflexionaran, aunque entendemos su decepción, por supuesto. Reparen en la decepción que se lleva un profesor de yudo que se ha pegado el mismo palizón de viaje, sin ningún tipo de compensación, en similar situación (y nos ha pasado no una sino unas cuantas veces). ¿Cuántas veces no habremos sacrificado tiempo y esfuerzo en acompañar a un alumno (a veces a uno sólo) y después de esperar horas sale acarajotado y se lo despachan al pobre en un santiamén? O acudir a un campeonato al que estaban citados dos o tres yudocas de los que sólo participar uno (otro no aparece y el tercero no da el peso u olvida un documento) y en unos segundos es eliminado. Un poco de consideración, que, a fin de cuentas, los niños no salen tan decepcionados, ni mucho menos, y se llevan, en cambio, una formidable experiencia formativa. Y a cambio suelen tener a su profesor de yudo al pie del cañón, siempre incondicional.

Otra cuestión que nos gustaría recordar es la del compromiso. Ya no me refiero como en otras ocasiones a los jóvenes, de los que como si de una letanía se tratase, coreamos, sin parar, que no tienen sentido del compromiso. Ahora me dirijo a los ‘jóvenes’ padres de los niños que pronto serán jóvenes sin compromiso. Mi ruego es que se comunique al profesor el hecho de que finalmente no se pueda acudir a un evento, por el motivo que sea (que en eso no me meto). Entendemos que muchas veces se realiza una inscripción para poder ejercer el derecho de acudir al evento y que a última hora surge el compromiso o no se ha podido despejar un obstáculo. Lo entendemos. Pero no acabamos de entender porque no se nos avisa. De verdad que el perjuicio para los demás, en este tipo de actividades, es notable. Así sucedió en Logroño, por ejemplo.

Nuestro amigo José Luis de Antonio también se dio soberana sesión de arbitraje

Para ir terminando, nos gustaría dejar claro que aquellos eventos a los que acudimos suelen ser de dos tipos: los oficiales (llamémoslos así) y los amistosos. Eso excluyendo los que nosotros mismos organizamos.

Cuando acudimos a un evento que organizan otros nos gusta cumplir las normas, que pueden parecer baladíes, pero se entenderían mejor si se intentase organizar un evento con 300 participantes, por ejemplo. Criticar siempre es más fácil que organizar.

Trofeos, camisetas y medallas para todos

Si el organizador no es una entidad oficial, suele tener menos medios que éstas y, por tanto, la colaboración se debe extremar (también las críticas deberían ser ponderadas, en nuestra opinión). Por ello, en este tipo de actividades se está expuesto a soportar alguna que otra penalidad derivada de esa falta de medios. Todo eso es fácil de entender y por la misma razón, creemos que ser crítico no está reñido con reconocer los esfuerzos que se hacen por los niños que manejamos; los hijos de muchos de los que leen este YUDIARIO. Por todo ello, me voy a permitir romper una lanza por mis amigos riojanos. El cariño con que habían preparado el acontecimiento se notaba por todas partes. Recordaremos que todos los niños se marcharon con medalla (cosa que no sucede en todos los campeonatos y mucho menos en los oficiales). También recibió cada participante una camiseta de regalo y esto es insólito, por más que en todas las ediciones de este Trofeo de la ANPEJ siempre haya sido así. Además, se invitó a comer a cuanto deportista y familiar de estos se acercó a las muchas mesas extendidas sobre la propia cancha del Pabellón en que se celebró el campeonato.¿De verdad no se habían dado cuenta de la singularidad de este evento?

Niñas con su camiseta de regalo y medallas al cuello

Aún dio tiempo a ver una exhibición en la que un yudoca, cinturón negro, evolucionó sobre el tatami con su hijo autista. Fue un momento altamente emotivo. A veces pienso que deberíamos impartir clases de yudo a más niños con estas tremendas dificultades. La profesora Cristina trabaja con un niño invidente y con otro con parálisis cerebral en el mismo grupo. Nunca escucha más que agradecimientos por su abnegada labor y por sus progresos con estos muchachos que no tuvieron la misma suerte de otros que, en cambio, encuentran tantos motivos de quejas en cuestiones que -¿no les parece?- parecen nimias en comparación. 


En definitiva, que estamos todos cansados tras el largo y agitado curso que ya está cercano a finalizar. Un curso que empezó con mucha zozobra laboral y de instalaciones, con presiones desde múltiples ámbitos hacia los profesores y con desgraciadas lesiones, también muy al comienzo. Una luxación de rodilla en un infantil, que redujo con sus propias manos el profesor. Una rotura de codo de un veterano en Salamanca que acabó con malas consecuencias y supuso (esa ocasión sí) un palizón de viaje. Unas condiciones de trabajo penosas en instalaciones sucias y descuidadas, en ocasiones. A pesar de todo, admitimos toda crítica positiva con deportividad. Pero reconocemos que nos encanta que nos feliciten por nuestros esfuerzos sobre todo a cambio de tan escasa remuneración como tenemos. No olviden que nuestro trabajo (lo que se paga en el recibo) es por las clases de yudo. De lo demás, cuando estén hartos, les devolvemos todo lo recibido y nos vamos, si les parece. Seguro que una de las partes (quizás las dos) sale ganando.

La profesora Cristina volvió a realizar un formidable trabajo

Lo mejor, nuestro yudocas

Como no queremos acabar esta crónica cargando tintas vamos a felicitar de nuevo a los deportistas que compusieron nuestra expedición y a dejar público agradecimiento por su implicación en nuestros proyectos. Siempre dije que la mejor manera de medir la valía de un maestro es por la calidad de sus alumnos. Ellos nos hacen grandes. Gracias chavales.


Participantes: Aarón Carrillo Verdejo, Aileen Corroto Gallardo, Marcos Sánchez Duque, Edgar Calleja Gómez, David García Rodríguez, Adrián García Juan, Nerea Villalba Sánchez, Emma Sánchez Paredes, Sergio Carrillo Verdejo, Álvaro Fernández Olmedillas, Aharón Santamaría Rodríguez, Pau Inglés Sillero, Paula Jiménez Braojos, Ayelen Corroto Gallardo, Álvaro García Agudo, Javier Martínez Ovalle, Juan Pedro Rodríguez Naranjo, Andrei Rotaru, Luis Alberto Champi Bocanegra, Sergio Velarde Erce, Angélica Corredera Hernando, Ariadna Gamito Herencias, Nicolás Gómez Dios, Álvaro Forcén Vadillo, Jaime Alamillo Espejo, Olga Corredera Hernando, Miguel Serrano Rodríguez, Víctor Manuel Pérez Ramos, Sergio Cortés Tamayo, José Luis Molano Bermúdez, Sergio Serrano Fournier, Daniel Corroto Martínez y Sonia Sieiro Díaz.

También hubo momentos de esparcimiento

Un último agradecimiento para Itziar Sánchez y María Abial que acompañaron a la expedición, pese a no participar en el campeonato. También a todos los padres implicados en 'nuestra aventura' y a Alberto Álvarez, técnico de deportes del Ayuntamiento de Parla que, a título personal, se acercó a compartir algunos momentos y a ver si podía echar una mano en algo.


Muchas gracias de todo corazón.

1 comentario:

  1. dorian y william5/6/12, 18:20

    es una pena no haber podido estar con uds, pero es un orgullo que nuestro hijos sean parte de tan maravillosa familia

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